Fernando R. Elorriaga-Verplancken1, Aurora Paniagua-Mendoza2, Roberto C. Robles-Hernández3, Francisco Rebolledo-Villa4, Pamela Rojas-Silva3, Rosa Enriqueta Salcido-Olguín3, Irma González-López5, Raol David Preciado-Carrillo5
1Instituto Politécnico Nacional, Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas, La Paz, BCS, México. felorriaga@ipn.mx
2Megafauna Marina, Atención, Rescate, Ecología y Sociedad (MMARES, A. C.), La Paz, BCS, México.
3Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), La Paz, BCS, México.
4Centro de Rescate Museo de la Ballena, La Paz, BCS, México.
5Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP; Parque Nacional Zona Marina del Archipiélago de Espíritu Santo), La Paz, BCS, México.
El lobo marino de California (Zalophus californianus) es un mamífero marino del grupo de los pinnípedos que se distribuye a lo largo del Pacífico Noreste, incluyendo el Golfo de California. En esta última región, existen 13 colonias reproductivas, las cuales en conjunto han presentado una caída en su abundancia de aproximadamente 65% entre 1991 y 2019. La única colonia dentro del golfo que no presenta esta tendencia negativa es la más sureña, en el sitio denominado Los Islotes, ubicado en el Parque Nacional Zona Marina del Archipiélago de Espíritu Santo (frente a costas del Municipio de La Paz, Baja California Sur, México) y que cuenta con alrededor de 600 lobos marinos.
En general, el lobo marino de California es un depredador costero, con la capacidad de desplazarse a zonas más oceánicas durante anomalías ambientales que disminuyen la disponibilidad de presas. Su dieta está basada principalmente en peces como la sardina, anchoveta, serrano de agua profunda, merluza, entre otros, disponibles en un radio, reportado para la colonia de Los Islotes, de 30-50 km, incluyendo el corredor pesquero de Isla San José a Isla Cerralvo.
Existen amenazas de origen humano sobre esta especie, tal es el caso de las pesquerías. Durante décadas recientes, a nivel mundial, se ha prestado más atención a la interacción entre estas y la fauna marina en general, debido al impacto creciente de mortalidad y de las lesiones que causan.
Dentro de este tema, durante los últimos 25-30 años se ha compilado evidencia sobre la interacción entre los lobos marinos de Los Islotes y las pesquerías artesanales de la región (denominado “enmalle”), especialmente las que se basan en redes agalleras, las cuales se colocan frecuentemente durante la noche para la pesquería de escama. Cabe señalar que hay una distancia de apenas unos 60 km, entre Los Islotes y la Ciudad de La Paz, la cual es un núcleo urbano con un sector pesquero importante.
Los lobos marinos, en todas sus etapas de vida, son afectados por esta problemática. Hay dos causas que explican esta interacción: 1) Algunos lobos marinos se alimentan en horas de poca luz, por lo que es posible que algunas redes sean invisibles para ellos, causando enredamientos incidentales. 2) Una “comida fácil”; lobos marinos se enredan al intentar alimentarse de peces capturados en las redes. Al presentarse esta interacción, algunos mueren ahogados (pasando frecuentemente inadvertidos), mientras que otros rompen la red y se llevan fragmentos consigo, ocasionando lesiones en el cuerpo a través del tiempo. Lamentablemente, por los daños a las redes, esta interacción da lugar a una visión negativa por parte de los pescadores hacia los lobos marinos, incluso denominándolos “plaga”, cuando la realidad es que están declinando como población del Golfo de California.
Los lobos marinos más jóvenes son aquellos mayormente impactados por las redes. Lo anterior es debido a que estos sufren de cortes por el material a medida que siguen creciendo, por lo general en la zona del cuello, ocasionando la muerte si este no se extrae a tiempo (Fig. 2).
Una buena noticia es que la incidencia de lobos marinos enmallados en Los Islotes ha decrecido a lo largo de los años. En este sentido, el Parque Nacional Zona Marina del Archipiélago de Espíritu Santo ha contribuido a la protección marina. Desde 1978, el Complejo Insular (parte terrestre) ya estaba protegido como parte del Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California. Con su declaratoria el 10 de mayo de 2007, se creó el polígono marino que brinda protección total a la zona, incrementando así los esfuerzos de conservación.
Adicionalmente, existe una unión de esfuerzos valiosa por parte de las autoridades ambientales, tanto de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) que administra el Parque, como de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) que coordina los operativos, para en conjunto realizar esfuerzos de conservación dirigidos al desenmalle de lobos marinos a través de los años. Esta labor ardua involucra una colaboración multi-institucional entre estas autoridades, asociaciones civiles y de investigación, siendo un ejemplo de éxito de cuando diferentes grupos se unen por un bien común.
Si bien, aún es posible documentar lobos marinos enmallados en Los Islotes, la gran mayoría, son animales con cicatrices antiguas o marcas sin red. Incluso hay registros de hembras con marcas antiguas (sin red) teniendo cachorros saludables. A inicios de los años 2000 la incidencia de lobos marinos con marcas en el cuerpo (con cicatriz únicamente o con red) en Los Islotes era de alrededor de un 6-7% con respecto al total de la colonia, mientras que este valor, hoy en día (2021-2022), es de alrededor del 1-1.5% y de aproximadamente 0.78% si solo se consideran lobos marinos con presencia de red. Así mismo, en diversas ocasiones durante los monitoreos, no se observan animales con red.
Es difícil asegurar que la interacción entre lobos marinos y pesquerías desaparezca algún día. Este fenómeno se presenta porque en la región existen áreas con recursos atractivos para las pesquerías y los lobos marinos. Eso no cambiará. ¿Entonces cuál es el punto? La meta es continuar amortiguando lo más posible la problemática entre ambas partes, trabajar eventualmente en las características de las artes de pesca para disminuir su riesgo de impacto sobre la fauna marina, conocer más acerca del comportamiento del lobo marino, sus áreas de alimentación y el estado de la colonia (número de animales y tendencia) y no menos importante, concientizar a la sociedad en torno al valor y la conservación de los océanos, su fauna y de modo particular de las Áreas Naturales Protegidas.
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