Sánchez González, A.

Dr. Alberto Sánchez González

Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas del Instituto Politécnico Nacional

 

El mar es hábitat de organismos microscópicos llamados plancton marino. El plancton está compuesto por dos grupos: el fitoplancton y el zooplancton. Estos dos grupos han fascinado, por decenas de años, a los estudiosos de la historia del mar. A esos científicos se les llama paleoceanógrafos, de paleo que significa historia y de oceanógrafo que significa quien describe el mar. De esta forma, el paleoceanógrafo tendrá como actividad describir la historia del mar. Pero, antes de continuar con sus historias fascinantes, debemos de preguntarnos ¿cómo es que estos paleoceanógrafos pueden llevar a cabo esta actividad?

Describir la historia del mar, tiene como base una secuencia de eventos que ocurren inicialmente en la superficie del mar, donde existe un fascinante mundo microscópico, el plancton marino y esta serie de eventos, finalizan cuando el plancton marino llega al fondo marino, después de cumplir con su ciclo de vida en la superficie del mar, que por cierto es de días a semanas. A pesar de tener un ciclo de vida muy corto, estos microorganismos han proporcionado información muy valiosa de la historia del océano.

El desarrollo del plancton, al igual que los macroorganismos marinos, dependen de las condiciones de la temperatura, del oxígeno disuelto, de los nutrientes, del alimento disponible, entre otros. Cuando estas condiciones en el océano son óptimas, el plancton crece favorablemente y es muy abundante. Al finalizar su ciclo de vida, el plancton inicia un largo viaje, con duración de horas o semanas, en la columna de agua, hasta llegar al lecho marino. El tiempo de viaje dependerá del tamaño del plancton. Al llegar estos microorganismos al lecho marino formarán parte del material que se irá acumulando a lo largo del tiempo. A la acumulación de estos materiales se le llama comúnmente sedimento, similar al material de las playas, lagunas o ríos.

Estos materiales acumulados en el lecho marino pueden ser recuperados haciendo usos de barcos oceanográficos y algunos instrumentos de recolección, llamados nucleadores de sedimento. Estos nucleadores de sedimento tienen distintos tamaños de longitud, van desde medio metro hasta decenas de metros (Fig. 1 A-E). Entre mayor sea la longitud del nucleador de sedimento, más antigua será la historia del mar. Es decir, conforme van pasando los días, meses, años, siglos, milenios más material es acumulado en el lecho marino. ¿Qué tan antiguos pueden ser los sedimentos en el mar? Se sabe que los sedimentos marinos más antiguos tienen dos cientos cincuenta millones de años, pero si consideramos los miles de millones de años de edad del planeta, los sedimentos en el lecho marino serían muy jóvenes.

Figura 1. Instrumentos para analizar el lecho marino. A) Núcleo de gravedad (Foto:A.K. Gunvald). B) Núcleo de pistón (Foto: B. Diekmann). C) Núcleo de gravedad (Foto: R. Gersonde). D) Núcleo múltiple (Foto: M. Winterfeld), E) Núcleo de caja (Foto: R. Gersonde).
Figura 1. Instrumentos para analizar el lecho marino. A) Núcleo de gravedad (Foto:A.K. Gunvald). B) Núcleo de pistón (Foto: B. Diekmann). C) Núcleo de gravedad (Foto: R. Gersonde). D) Núcleo múltiple (Foto: M. Winterfeld), E) Núcleo de caja (Foto: R. Gersonde).

Una vez recolectados los núcleos de sedimentos marinos, inicia la ardua labor de conocer la historia del océano. Para llevar a cabo esta actividad se requiere realizar un lavado de los sedimentos marinos y dejar al descubierto el plancton marino que se ha acumulado en el lecho marino a lo largo del tiempo. Con ayuda de un instrumento óptico llamado microscopio es posible visualizar este maravilloso mundo microscópico que habita el mar. Para identificar los diversos grupos del plancton se requiere de experiencia. Dentro del grupo de fitoplancton existen subgrupos como cianobacterias, diatomeas, dinoflagelados, entre otros. Mientras que, en el grupo del zooplancton concurren subgrupos como foraminíferos, radiolarios, ciliados, copépodos, eufáusidos, larvas de moluscos y de crustáceos, entre otros.

De estos subgrupos del plancton, las diatomeas y los foraminíferos han recibido especial atención y son ampliamente usados para conocer la historia del mar.

Figura 2. Ejemplificación de diatomeas (A) y foraminíferos bentónicos (B).
Figura 2. Ejemplificación de diatomeas (A) y foraminíferos bentónicos (B).

Estos dos grupos se caracterizan por habitar todos los ecosistemas marinos del planeta Tierra. Las diatomeas, para florecer requieren de luz y nutrientes, cuando estos dos parámetros están en condiciones óptimas se produce un fenómeno oceanográfico llamado “bloom” fitoplanctónico. Estos eventos se caracterizan por ser dominados por diatomeas y contribuyen con una gran cantidad de material biológico al lecho marino. Con el paso de los días o semanas, la fuente de alimento de las diatomeas es consumida por completo y la cantidad de diatomeas decrece rápidamente. Esto ocasiona una importante disminución en el número de diatomeas que llegan al lecho marino. Este ciclo de alta y baja acumulación de diatomeas ha sido utilizado por los paleoceanógrafos para conocer como la productividad marina ha cambiado a lo largo de la historia del planeta Tierra. Esta información es muy importante, porque el fitoplancton es el primer eslabón de la cadena alimentaria marina y sustento de todos los productos marinos que consume el humano, en muchos lugares del mundo. Adicionalmente, los ciclos del fitoplancton proporcionan información de la salud del ecosistema.

La mayor acumulación de fitoplancton en la superficie del mar y en el lecho marino, será el alimento de muchos organismos del zooplancton, que viven en estas dos regiones del océano. En el fondo del mar, los foraminíferos que habitan en el lecho marino, definido como ambiente bentónico, se llaman foraminíferos bentónicos (Figura 2 B). Estos foraminíferos bentónicos comenzarán a incrementar en el número de individuos, debido al alimento proporcionado por el fitoplancton. Cuando este alimento derivado del fitoplancton comienza a agotarse, el número de foraminíferos decrece rápidamente y la presencia de estos microorganismos disminuye en el lecho marino.

Cuando los paleoceanógrafos recuperan del fondo marino los sedimentos acumulados, usando nucleadores de sedimento, pueden conocer a través de estos ciclos de mayor y menor acumulación de fitoplancton (diatomeas) y de foraminíferos bentónicos como ha cambiado la productividad en el mar. Esto es importante porque con estos datos pueden ser usados para proponer mejoras a los planes de explotación de especies marinas de interés comercial o de interés para preservar el ambiente marino (Fig. 1 A-E).

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por coscyt

Un comentario en «La historia del mar yace oculta en el fondo marino»
  1. Buenas tardes: hay algunos errores ortográficos en el texto., a los editores por favor hacer una revisión exhaustiva. Seguramente son errores de dedo. Muy interesante trabajo!

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