Ulianov Jakes-Cota, Alejandra Piñón-Gimate, Arturo Tripp-Valdez y Luis Cesar Almendarez-Hernández
Instituto Politécnico Nacional. Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas. Av. IPN s/n. Col Playa Palo de Santa Rita. CP 23096. México
El pez escorpión roquero pertenece a la especie Scorpaena mystes (Figura 1), se encuentra en aguas marinas poco profundas asociado a arrecifes cubiertos de algas y áreas abiertas arenosas. Es la especie más abundante de la familia Scorpaenidae a lo largo de la costa este de la Península de Baja California y se distribuye ampliamente desde el sur de California en USA hasta Chile, incluyendo el Golfo de California en México (Butler et al., 2012). Es un depredador oportunista y críptico con una vida sedentaria, es decir, permanece sin ser visto en el fondo esperando que las presas pasen, alimentándose principalmente de invertebrados y peces demersales.
Aunque la carne del pez escorpión roquero es de calidad excelente, históricamente se le ha considerado como una especie de importancia menor para la pesquería artesanal en el Golfo de California (Jakes-Cota et al., 2020), debido a que posee espinas con veneno que puede causar heridas dolorosas y trastornos respiratorios (Poss, 1995). Sin embargo, en años recientes, en Santa Rosalía, Baja California Sur, se ha observado un incremento en su comercialización, y pasó rápidamente de ser considerado un pez de tercera clase de bajo valor, a ganar reputación de un producto de alta calidad, lo que incrementó su precio y el volumen de sus capturas (Jakes-Cota et al., 2017), convirtiéndose en una fuente importante de proteína a nivel regional.
Las investigaciones sugieren que el hierro, cobre, zinc y manganeso son considerados metales esenciales requeridos para funciones biológicas vitales, mientras que el mercurio, plomo y cadmio pueden causar envenenamiento aún en cantidades pequeñas (Kalay y Canli, 2000). El cobre es un elemento esencial para el crecimiento y desarrollo de procesos metabólicos de los organismos vivos, sin embargo, en concentraciones elevadas puede ser mortal para los peces. Por su parte, el plomo es un elemento tóxico muy común en el ambiente marino, representando un riesgo para el medio ambiente y para la salud humana por el consumo de pescado contaminado. Finalmente, el cadmio es un elemento altamente tóxico, que al igual que el plomo es común en los ambientes marinos y posee alto riesgo para la salud humana. Estos elementos pueden ingresar al mar a través de aguas residuales industriales o domésticas, efluentes agrícolas y a través de procesos de fundición y minería.
Santa Rosalía se localiza dentro de una región minera, la cual fue establecida debido a la abundancia de mineral de carbonato de cobre. Como resultado, el área de Santa Rosalía adyacente del Golfo de California se ha visto afectada gravemente por la contaminación de metales pesados debido a la acumulación de depósitos de minerales por décadas de actividad minera (Shumilin et al., 2011). A causa de que esta ciudad depende de la pesca como fuente de ingresos y alimento, el riesgo potencial para la salud humana de envenenamiento por metales pesados de los productos pesqueros es una preocupación primaria (Piñón-Gimate et al., 2020).
Debido al aumento de la demanda de su carne y a que es un organismo sedentario, además de capturarse en un área afectada por décadas de actividad de la minería de cobre, investigadores del Instituto Politécnico Nacional a través del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas desarrollaron un proyecto para conocer la concentración de metales pesados y evaluaron el riesgo para la salud humana por el consumo de carne de pez escorpión roquero con presencia de estos metales (Piñón-Gimate et al., 2020). Para ello, analizaron muestras de tejido muscular para cuantificar la concentración de cobre (Cu), plomo (Pb) y cadmio (Cd) y a partir de dichas concentraciones calcularon el índice de riesgo para la salud humana por el consumo de su carne para diferentes grupos de edad: a) niños de un año (9.5 kg), b) niños de dos años (12 kg), c) niños de cinco años (18.5 kg), niños de 12 años (42 kg) y adulto promedio (65 kg), considerando un consumo per cápita al año en México de 100 gramos para niños y 13 kg para adultos.
Encontraron que la concentración promedio de cobre en la carne de pez escorpión roquero (0.17 μg g−1) no excede los límites nacionales e internacionales (Codex Alimentarius, USEPA, FDA y la Unión Europea) permitidos (10 mg kg−1), y que la concentración promedio de plomo (0.38 μg g−1) excede por muy poco la concentración límite recomendada (0.3 mg kg−1). Aunque la concentración de cadmio también fue analizada, estuvo por debajo de los niveles de detección durante el periodo de muestreo, y aunque no hay un límite máximo permitido para cadmio, ya que se considera tóxico aún en bajas concentraciones, el hecho de que no se detectara indica que sus concentraciones son muy bajas en la región.
Los cálculos de riesgo para la salud (Tabla 1, Figura 2) mostraron que el consumo de carne de pez escorpión no representa una amenaza para la población. El valor obtenido para el índice de riesgo estuvo entre 0.21 para niños y 0.04 para adultos, pudiéndose observar que a menor edad se debe tener más cuidado en el consumo. Sin embargo, si consideramos que valores del índice de riesgo mayores de 1 son indicativos de una exposición alta en relación con las concentraciones límites de referencia de cobre y plomo, no existe riesgo potencial para la salud humana por el consumo de carne de pez escorpión roquero.
Tabla 1. Índice de riesgo para la salud humana por el consumo de carne de pez escorpión roquero para diferentes grupos de edad.
Grupo de edad | Índice de Riesgo |
Niños de 1 año | 0.21 |
Niños de 2 años | 0.17 |
Niños de 5 años | 0.13 |
Niños de 12 años | 0.07 |
Adultos | 0.04 |
El área de Santa Rosalía ha sido impactada fuertemente por procesos mineros, por lo que se han realizado diversos estudios sobre la contaminación de metales pesados en sedimentos, sin embargo, son escasos aquellos realizados en peces. En esta área, el pez escorpión roquero, junto con otras especies de peces son una fuente importante de proteína, de ahí la importancia de estudiar las concentraciones de metales pesados en estos organismos y evaluar el riesgo a la salud humana por el consumo de la carne de estos.
Referencias
Butler, JL, Love MS, Laidig .E. 2012. A Guide to the Rockfishes, Thorny Heads, and Scorpion Fishes of the Northeast Pacific. University of California Press, California, 185 pp.
Jakes-Cota U, Tripp-Valdez A, López-Fuerte FO. 2017. Length-weight relationship and relative condition factor of the Stone Scorpionfish Scorpaena mystes in the central area of the Gulf of California, Mexico. Hidrobiológica 27 (1): 127–129.
Jakes-Cota U, Tripp-Valdez A, Arce-Acosta M, López-Fuerte FO. 2020. Age and growth of Stone scorpionfish (Scorpaena mystes) from the Gulf of California in Mexico. Fishery Bulletin, 118: 341-345.
Kalay M, Canli M, 2000. Elimination of essential (Cu, Zn) and non-essential (Cd, Pb) metals from tissues of a freshwater fish Tilapia zilli. Turk. J. Zool. 24 (4): 429–436.
Piñón-Gimate A, Jakes-Cota U, Tripp-Valdez A, Casas-Valdez M, Almendarez-Hernández LC. 2020. Copper and lead concentrations in Stone Scorpionfish (Scorpanea mustes) from the coastal region of Santa Rosalia in the Gulf of California, Mexico. Regional Studies in Marine Science, 34: 101003.
Poss SG. 1995. Scorpaenidae. In: Fischer W, Krupp F, Schneider W, Sommer C, Carpenter KE, Niem VH. (Eds.), Guía FAO para la identificación de especies para los fines de la pesca. Pacífico Centro-Orien-tal. Volumen III. Vertebrados Parte 2. FAO, Rome, Italy, pp. 1544–1564.
Shumilin E, Gordeev V, Figueroa GR, Demina L, Choumiline K. 2011. Assessment of geochemical mobility of metals in surface sediments of the Santa Rosalia mining region, western gulf of California. Arch. Environ. Contam. Toxicol. 60(1): 8–25.