ENFERMEDADES EN GIGANTES MARINOS

¿PREDICTORES DE LA SALUD DEL MEXICANO?

Casandra Gálvez1*, Eduardo Morteo2, Fernando R. Elorriaga-Verplancken3

1Medicina de la Conservación Marina y Salud Ecosistémica, Cientinela del Mar A.C., La Paz, Baja California Sur, México. casandragalvez@cientineladelmar.com

2Laboratorio de Mamíferos Marinos (LabMMar, IIB-ICIMAP), Instituto de Investigaciones Biológicas, Universidad Veracruzana, Xalapa, México.

3Instituto Politécnico Nacional, Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas, La Paz, B.C.S., México.

Los mamíferos marinos (delfines, ballenas, lobos marinos, focas, morsas y sirenios) no son solo animales carismáticos que adornan los océanos mexicanos. Como nosotros, los mamíferos marinos necesitan de espacios que les provean de condiciones necesarias para alimentarse, crecer, descansar y reproducirse. Sin embargo, como sucede a lo largo de nuestra vida ¡ellos también se enferman!.

A nivel mundial se han reportado distintas enfermedades como el cáncer, en el que se han identificado al menos 15 tipos de tumores malignos, por ejemplo en el lobo marino de California (Zalophus californianus) (ej. urogenital) y en belugas (Delphinapterus leucas) (ej. adenocarcinomas) así como intoxicación por compuestos naturales como el ácido domoico de las llamadas mareas rojas, enfermedades infecciosas (ej. bacterias y virus) como virus del moquillo canino, el cual ha ocasionado la muerte de al menos 20,000 focas del mediterráneo y centenares de decesos por malnutrición (falta de alimento) en varias especies de cetáceos (delfines y ballenas) y otras de lobo marino y foca. Aunque en México los antecedentes sobre las causas de muerte y el estado de salud de los mamíferos marinos son escasos, varios investigadores coinciden en que el ambiente marino, terrestre y la cercanía con el ser humano podrían ser un riesgo para la salud de algunos de estos gigantes marinos, dejando algunas interrogantes con pocas respuestas tales como: ¿cuáles son las enfermedades más y menos comunes en estos animales?, ¿qué registros existen actualmente sobre sus causas y sobre la mortalidad por estas enfermedades en México?, y ¿qué relación tiene esto con la salud del ser humano?.

En definitiva, las similitudes entre los mamíferos marinos y seres humanos (un mamífero terrestre) nos coloca en una posición particularmente vulnerable debido a que ambos somos capaces de enfermar por algunos de los mismos patógenos (virus, bacterias, parásitos y hongos). Esto es particularmente importante en el caso de los animales domésticos (perros, ratones, cerdos, vacas, entre otros) que desempañen un papel como fuente de contagio para la fauna silvestre y en ocasiones para el humano.

Un ejemplo de la relación entre la salud humana y la de los mamíferos marinos, es la presencia del hongo conocido como Lacazia loboi causal de la enfermedad conocida como Lacaziois o Lobomicosis en el humano y en delfines. Ambos desarrollan granulomas y úlceras en su piel. Este padecimiento se reportó recientemente en el delfín llamado tonina, nariz de botella o tursión (Tursiops truncatus) en las costas de Veracruz, México. En este trabajo los autores concluyeron que la presencia de las lesiones relacionadas con lobomicosis en la piel de un grupo de delfines que habita cerca del río Papaloapan coincide con zonas de asentamientos humanos y la presencia de contaminantes marinos como metales pesados, los cuales también tienen un impacto sobre los peces e incluso son documentados en el cabello de personas que habitan la zona. En consecuencia, es posible que la disminución en la capacidad de respuesta del sistema inmune (encargado de la defensa contra enfermedades) de los delfines, debido a los efectos adversos de los metales pesados en su hábitat, favorezcan la susceptibilidad a enfermar por lobomicosis (Figura 1). Este trabajo indica que los delfines evidencian riesgos latentes para la salud de la piel y que pueden incluso transmitirse a los humanos que habitan esta zona costera.

Figura 1. Grupo de delfines nariz de botella con lesiones leves (izquierda) y moderadas (derecha), relacionadas con lobomicosis y que progresaron en el transcurso de 13 años en la aguas costeras de Veracruz. Imágenes disponibles en: https://doi.org/10.3389/fmars.2022.1018118.

Aunque este es un claro ejemplo de que delfines y humanos comparten enfermedades, la realidad es que falta mucho por conocer sobre la relación entre la salud de mamíferos marinos y humanos en México. Otros trabajos evidencian que los mamíferos marinos tienen anticuerpos (ej. defensores específicos en el organismo) y restos de material genético de bacterias y virus que afectan la salud del humano, tal es el caso de la bacteria Leptospira sp. en el lobo marino de California (Z. californianus), y el lobo fino de Guadalupe (Arctocephalus townsendi), donde los asentamientos humanos y la presencia de fauna doméstica juegan un papel importante en el contagio de la fauna marina. El lobo fino de Guadalupe habita en un sitio considerado crítico en Isla Guadalupe, en la región occidental de la Península de Baja California, debido a que es su única zona de reproducción a nivel mundial. Aunque algunas amenazas en esta especie son evidentes, como las relacionadas con actividades pesqueras (ej. enmalle), otras no lo son tanto.

Por ejemplo, recientemente en México y otras partes del mundo ha surgido un interés por estudiar algunas enfermedades o síndromes en el pelo de lobos finos como el de Guadalupe (Figura 2). Este grupo de animales tiene dos tipos de pelo (guarda e internos) que les ayudan a repeler el agua marina en una mayor medida y conservar el calor en agua y en tierra, actuando como un impermeable natural (Figura 3). Por lo tanto, la pérdida de pelo (alopecia) podría afectar su estilo de vida en las profundidades del mar y durante sus buceos, teniendo consecuencias en su alimentación, crecimiento y hasta su supervivencia.

Figura 2. Lobo fino de Guadalupe con pérdida de pelo identificados durante la temporada reproductiva 2021 en la Reserva de la Biosfera de Isla Guadalupe, B.C. Individuos adultos, macho (izquierda) y hembra (derecha) con pérdida de pelo de guarda (oscuros) de tipo localizado (zona de la cadera) y difuso (cuello y cuerpo) con exposición de zonas blanquecinas o claras que corresponden al pelo interno (más cortos, abundantes y claros).

Foca de color negro sobre una roca Descripción generada automáticamente con confianza media

Figura 3. Lobo fino de Guadalupe identificado en la temporada reproductiva 2021 en la Reserva de la Biosfera de Isla Guadalupe, B.C. Individuo macho adulto con pelaje sano sin evidencia de zonas alopécicas (sin pelo).

Aunque todavía no se tiene un claro panorama sobre las causas de este síndrome, definitivamente el hábitat marino y de modo inherente el consumo de presas contaminadas podría desempeñar un papel crucial en el desarrollo de alopecia. Entonces, será qué ¿ellos reflejan lo que comen? y, ¿el humano podría desarrollar alopecia por contaminantes en su comida?. La ciencia dicta que sí, especialmente por metales pesados y otros factores que no pueden descartarse (ej. deficiencias nutricionales crónicas). En definitiva es un tema que amerita atención por investigadores, gobierno y sociedad mexicana.

Próximamente tendremos más noticias sobre este aparente síndrome de alopecia en los gigantes marinos de la Reserva de la Biosfera de Isla Guadalupe, así como conocer la salud de la piel de otros delfines y su relación con la salud de habitantes en costas mexicanas.

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por coscyt

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