Lili Pelayo-González1, Claudia J. Hernández-Camacho2*, Fernando R. Elorriaga-Verplancken2, María del Carmen Gutiérrez-Osuna3

1Posgrado en Ciencias del Mar y Limnología (Posgrado en Ciencias del Mar y Limnología, Universidad Nacional Autónoma de México; Av. Universidad 3000, Ciudad Universitaria Coyoacán, C.P. 04510, Ciudad de México, México). lilipelayo@ciencias.unam.mx

2Instituto Politécnico Nacional, Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas, La Paz, B.C.S., México. jcamacho@ipn.mx, felorriaga@ipn.mx

3Hábitat, Consultoría Ambiental & Proyectos, Topolobampo, Ahome, Sinaloa, México

 

El lobo fino de Guadalupe (Arctocephalus townsendi) es una especie endémica del océano Pacífico. Este lobo fino llama la atención no solo por la belleza de su pelaje y su elegante perfil afilado (Figura 1), sino por su asombrosa historia de recuperación después de ser cazado y erróneamente declarado extinto a finales del siglo XIX. Actualmente, su población tiene alrededor de 40,000 individuos que, aunque parece un número alto, apenas representa el 20% de su población previa al periodo de explotación. A continuación, vamos a conocer la fascinante historia del resurgimiento de esta especie, que lo ha llevado a recolonizar sitios que fueron importantes para su reproducción y a sorprendernos con su inesperada llegada al golfo de California.

Figura 1. Macho y hembra de lobo fino de Guadalupe registrados en octubre de 2018 en el archipiélago de San Benito. Fotógrafo: Luis Miguel Burciaga.
Figura 1. Macho y hembra de lobo fino de Guadalupe registrados en octubre de 2018 en el archipiélago de San Benito. Fotógrafo: Luis Miguel Burciaga.

El lobo fino de Guadalupe fue cazado durante los siglos XVIII y XIX provocando su declive poblacional y ser declarado extinto a finales de los 1800s. Sin embargo, en 1954 se observaron alrededor de 15 individuos en la isla Guadalupe y cuatro décadas después poco más de 300 individuos en el archipiélago de San Benito, México. Fue a partir de este momento, que se ha buscado conservar y recuperar a las colonias de esta especie en México, dando como resultado un tamaño poblacional actual de alrededor de 40,000 individuos, con una tasa de crecimiento anual de 11%.

La distribución del lobo fino de Guadalupe en el pasado correspondía desde el archipiélago de Revillagigedo en México hasta costas de Washington en Estados Unidos, y sus principales colonias reproductivas se encontraban en el archipiélago de Revillagigedo, islas Guadalupe, Cedros y archipiélago de San Benito y en las islas del canal de California.

En la actualidad, la isla Guadalupe es la única colonia donde se reproduce esta especie y que acoge más de 30,000 individuos, mientras que el segundo sitio prioritario es el archipiélago de San Benito por albergar alrededor de 3,000 ejemplares (Figura 2). Además de estos sitios, en los últimos treinta años se han registrado lobos finos juveniles especialmente solitarios en Columbia Británica, Canadá y en costas al norte de Washington, islas Farallón e islas del canal de California en Estados Unidos (Figura 3). También se han observado en las islas Coronado, Natividad, Santa Margarita y Roca Partida (archipiélago de Revillagigedo), y en algunos sitios o en aguas del golfo de Ulloa y de los estados de Colima y Jalisco en México. Los registros más inusitados de esta especie han sido en las islas Galápagos.

Figura 2. Colonias de reproducción y descanso de lobo fino de Guadalupe en México. Colonia reproductiva en isla Guadalupe (punto rojo). Colonias de descanso (puntos verdes).
Figura 2. Colonias de reproducción y descanso de lobo fino de Guadalupe en México. Colonia reproductiva en isla Guadalupe (punto rojo). Colonias de descanso (puntos verdes).

Figura 3. Juvenil de lobo fino de Guadalupe. Categoría de edad observada con más frecuencia en el golfo de California. Fotógrafo: Luis Miguel Burciaga.
Figura 3. Juvenil de lobo fino de Guadalupe. Categoría de edad observada con más frecuencia en el golfo de California. Fotógrafo: Luis Miguel Burciaga.

A diferencia de estas áreas, la presencia reciente de agregaciones de cientos de lobos finos en determinadas islas, en el golfo de California ha sido muy sorprendente debido a que no hay registros históricos de esta especie en este lugar. El golfo de California es una zona donde la temperatura del aire es más elevada (> 7°C) que la registrada en las colonias de la costa oeste de Baja California, lo que representa un reto para una especie cubierta por un denso pelaje y que habita ambientes templados. En los 1980s y 1990s, se empezaron a registrar individuos solitarios en algunas islas localizadas a lo largo del golfo de California, como isla Lobos, San Pedro Nolasco, San Pedro Mártir, San Esteban y Los Islotes, así como en la costa de Guaymas, Sonora (Figura 2). Pero fue a principios de la década del 2,000, que en algunas islas comenzaron a observarse grupos compuestos por decenas de lobos finos descansando en tierra o termorregulando en el mar.

En las islas San Pedro Mártir y San Esteban se empezaron a observar lobos finos desde 2009, siendo el máximo número registrado de 120 lobos finos en octubre de 2013. En marzo de 2019 se observaron alrededor de doce lobos finos en el islote Las Ánimas (Figura 4); sin embargo, fue hasta principios del 2020 cuando se observó un total de 73 juveniles y para agosto de ese mismo año, la abundancia había aumentado a 119 individuos. Hoy en día esta colonia continúa creciendo de modo importante. Otro sitio donde se han observado agrupaciones importantes desde 2014 es en isla Farallón de San Ignacio donde para 2020 se registró el número máximo que fue de 812 lobos finos en febrero y 1,572 en diciembre (Figura 5).

Figura 4. Lobos finos de Guadalupe juveniles del Islote Las Ánimas, en el Golfo de California Suroeste. Fotógrafo: Fernando Elorriaga.
Figura 4. Lobos finos de Guadalupe juveniles del Islote Las Ánimas, en el Golfo de California Suroeste. Fotógrafo: Fernando Elorriaga.
Figura 5. Machos subadultos y juveniles de lobo fino de Guadalupe descansando en tierra en Farallón de San Ignacio en junio de 2020. Fotógrafo: Jorge Paul Orduño García.
Figura 5. Machos subadultos y juveniles de lobo fino de Guadalupe descansando en tierra en Farallón de San Ignacio en junio de 2020. Fotógrafo: Jorge Paul Orduño García.

El golfo de California se caracteriza por ofrecer áreas altamente productivas donde los lobos finos pudieran encontrar alimento y también islas favorables para el descanso, y posiblemente, para la reproducción. De acuerdo con la estrategia reproductiva del lobo fino de Guadalupe, los machos llegan a principios de mayo a isla Guadalupe cuando inicia la temporada de reproducción, la cual abarca de junio a agosto y concluye con la migración de los machos y la llegada a sus sitios de descanso, la cual inicia en septiembre y se extiende hasta abril. Se piensa que los lobos viajan desde la isla Guadalupe después de la temporada reproductiva y entran al golfo de California para buscar sitios de descanso y alimentación, correspondiendo al periodo de migración después de la reproducción. Otro aspecto fundamental es que los lobos finos observados dentro del golfo no muestran signos de malnutrición, por lo que su presencia no es consecuencia de eventos de calentamiento marino como El Niño.

La categoría de protección de esta especie es En Peligro de acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT-2010, como Amenazada bajo el Acta de Especies en Peligro de Estados Unidos de 1973 y como Preocupación menor en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza en 2014. Entre las principales amenazas que pueden estar impidiendo el establecimiento de más colonias reproductivas están los eventos de calentamiento marino anormales, los cuales causan una mortalidad importante y disminución en los nacimientos.

La historia de la recuperación del lobo fino de Guadalupe continúa y es probable que nos tenga reservadas más sorpresas. Por ahora, debemos avanzar con el estudio de la ecología poblacional de estas colonias para actualizar y mejorar los planes de conservación de la especie en México, y que el golfo de California sea reconocido como parte del hábitat crítico de esta especie que escapó de la extinción.

Referencias:

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Barba‐Acuña, I. D., Gallo‐Reynoso, J. P., Guevara‐Medina, M. Á., Markaida, U., & Ortega‐Borchardt, J. Á. (2022). Population assessment and feeding ecology on a new colony of the Guadalupe fur seal (Arctocephalus philippii townsendi) on Farallón de San Ignacio Island, Gulf of California, Mexico. Marine Mammal Science.

Elorriaga-Verplancken, F. R., Norris, T., Acevedo-Whitehouse, K., Gálvez, C., Amador-Capitanachi, M. J., & Landa-Garza, M. (2021). Guadalupe Fur Seal (Arctocephalus philippii townsendi, Brunner 2004). In Ecology and Conservation of Pinnipeds in Latin America (pp. 77-92). Springer, Cham.

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Gutiérrez‐Osuna, M. D. C., Díaz‐Gaxiola, J. M., Trites, A. W., & Hernández‐Camacho, C. J. (2022). New colony of Guadalupe fur seals (Arctocephalus townsendi) discovered on El Farallón de San Ignacio Island, Gulf of California. Marine Mammal Science38(1), 374-382.

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por coscyt

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