Dr. Christian Salvadeo
CONACYT-UABCS
Departamento Académico de Ciencias Marinas y Costeras
Presentación:
En la costa Pacífico de nuestro estado ocurren afloramientos de agua fría que refrigeran el aire generando la neblina. Este fenómeno es aprovechado naturalmente por la flora y fauna de los desiertos “neblinosos” de todo el mundo, y en algunas regiones es “cosechada” por el hombre utilizando atrapanieblas.
En Baja California Sur (BCS), quien no la vio en alguna playa del Pacífico o carretera al norte del estado, habrá visto señalamientos pidiendo precaución por su presencia o escuchado de su peligrosidad en nuestras carreteras. No te asustes, no voy a platicar ni de monstruos ni de espantos que se aparecen en medio de la nada; voy a contarte de la niebla o neblina que suele observarse en la costa Pacífico de nuestro estado, la cual es una manifestación atmosférica de un evento que ocurre en el mar por acción del viento en combinación con la rotación de la Tierra conocido como surgencias o afloramientos costeros.
En la costa Pacífico de nuestro estado ocurren afloramientos de aguas frías del fondo marino que fertilizan con nutrientes la superficie oceánica permitiendo el desarrollo de la pesca en nuestra entidad. Además de fertilizar las aguas adyacentes a nuestras costas, estos afloramientos de aguas frías refrigeran la capa inferior de la atmosfera desarrollando los bancos de niebla (Fig. 1), que se adentran por la mañana en las planicies de Santo Domingo y Vizcaíno hasta que el calor del sol la disipa bien entrada la mañana; este fenómeno atmosférico que implica el enfriamiento del aire y la consiguiente formación de neblina es similar a lo que observamos, a una escala más chica, cuando se forma “niebla” al abrirse un refrigerador.
El fenómeno de la neblina originada por afloramientos costeros no es exclusivo de BCS, este fenómeno atmosférico ocurre en la mayoría de los desiertos del planeta (ej. Atacama en Sudamérica, y el Sahara occidental y Namibia en África). En muchos desiertos, la humedad de la neblina es capturada de forma natural por la flora y fauna de cada sitio gracias a adaptaciones morfológicas o de comportamiento que les permite aprovecharla (Fig. 2); en algunas regiones es “cosechada” de forma artificial por el hombre utilizando estructuras artesanales y/o tecnológicas conocidas como atrapanieblas que capturan y acumulan la humedad que se condensa en sus superficies; esta agua dulce luego es utilizada en poblaciones rurales, emprendimientos agrícolas y en la elaboración de bebidas alcohólicas (ej. cerveza y vodka) o simplemente embazada como agua natural, utilizando la neblina y su forma de captura como marketing para comercializar los productos como únicos.
En BCS la neblina nunca se ha utilizado directamente, aunque hay evidencia histórica de controvertidas concesiones territoriales a compañías extranjeras para la explotación de la orchilla (Ramalina sp.) en los llanos de Bahía Magdalena-Santo Domingo; la orchilla es un liquen (unión entre un alga y un hongo) que crece sobre cactus y arbustos aprovechando el agua de la neblina para crecer. Este liquen produce un tinte rojizo que era muy apreciado por la fina industria textil de los casimires ingleses de finales del siglo XIX; en la actualidad de la exportación de orchilla solo quedan algunas prensas abandonadas en Isla Margarita.
Con respecto al uso de la humedad que contiene la neblina para obtener agua dulce, esta puede ser una de las soluciones al estrés hídrico para los poblados costeros y rurales de los municipios de Comondú y Mulegé. Debido al éxito de los atrapanieblas en otras regiones del mundo y la aparente potencialidad de la neblina en dichos municipios, en el año 2020, la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible (SDSN) de la ONU decide respaldar iniciativas de ciencia básica y aplicada para la búsqueda de fondos que nos permitan describir el fenómeno de la niebla en BCS, identificar sitios con elevado potencial de niebla para finalmente instalar atrapanieblas en poblaciones de escasos recursos como una solución a la escasez de agua en el estado (Fig. 3).
Referencias: