Rodríguez-Pozo, Ailyn1, Moreno-Sánchez, Xchel1, Irigoyen-Arredondo, Marina2,3, Enríquez-García, Arturo1
 1-Instituto Politécnico Nacional Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas, Departamento de pesquerías y biología marina, Av. Instituto Politécnico Nacional s/n Col. Playa Palo de Santa Rita Apdo. Postal 592. Código Postal 23096.
2-Universidad Autónoma de Baja California Sur, Departamento Académico de Ciencias Marinas y Costeras. Carretera al sur km 5.5 La Paz, Baja California Sur. CP23080
3-Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, CP03940 Ciudad de Mexico, México.

 

El pez gallo (Nematistius pectoralis), conocido por su vigorosa naturaleza depredadora, es una especie emblemática que habita en las aguas del océano Pacífico, desde las costas del sur de California hasta las paradisíacas Islas Galápagos. Su presencia en la Bahía de La Paz, ubicada en el estado de Baja California Sur, México, es especialmente notable, donde frecuenta los arrecifes y las zonas rocosas que constituyen su hábitat preferido. Este entorno submarino no solo proporciona refugio, sino también una abundante fuente de alimento para este formidable cazador. El único antecedente sobre la dieta del pez gallo, muestra que es principalmente piscívoro, lo que significa que se alimenta principalmente de peces. Entre sus presas habituales se encuentran especies como mojarra manchita (Eucinostomus dowii) y la mojarra charrita (E. gracilis), así como varias especies del género Anchoa. Además de los peces, el pez gallo complementa su dieta con cefalópodos como calamares y pulpos, lo que le confiere versatilidad en la selección de sus presas y asegura un suministro variado de nutrientes (Rodríguez et al., 2009). La anatomía del pez gallo es eficiente para la caza activa. Su mandíbula protráctil es una herramienta formidable que le permite extender rápidamente su boca y atrapar peces más pequeños con una precisión asombrosa. Equipado con una visión aguda y una capacidad de detección de movimientos en el agua altamente desarrollada, el pez gallo es capaz de identificar presas potenciales a distancia y lanzarse hacia ellas con una velocidad sorprendente. Este comportamiento depredador activo no solo garantiza su supervivencia individual, sino que también contribuye a la regulación de las poblaciones de peces y cefalópodos en su entorno. Los estudios científicos que se realicen en la Bahía de La Paz proporcionaran una visión detallada de los hábitos alimenticios del pez gallo.

 

Fig. 1.-Diagrama de la relación depredador-presa y uso de hábitat, del Pez Gallo en Bahía de La Paz.

Durante la presente investigación, se emplearon técnicas de pesca artesanal, se capturaron y analizaron cuidadosamente más de 100 ejemplares de esta especie. Cada individuo fue sometido a mediciones precisas de tamaño y peso, así como a una evaluación minuciosa de su contenido estomacal. Los resultados revelaron que aproximadamente el 95% de los estómagos examinados contenían restos de peces, lo que subraya la preferencia y eficacia del pez gallo como cazador de peces. Solo un pequeño porcentaje, alrededor del 5%, mostró signos de haber consumido invertebrados como camarones y bivalvos, destacando la especificidad de su dieta. Entre las especies de peces más consumidas por el pez gallo en la Bahía de La Paz, sardina rayada (Lile stolifera) y sardina crinuda (Opisthonema libertate) emergen como componentes significativos de su alimentación. Tomando en cuenta las presas principales, se sugiere una estratégica del pez gallo para aprovechar presas que forman cardúmenes, maximizando así su eficiencia en la obtención de alimento. La dieta del pez gallo en la Bahía de La Paz coinciden de manera importante con el estudio previo realizado en Bahía Almejas (Rodríguez et al., 2009) (Fig. 1), donde establecieron que el pez gallo es un piscívoro, aunque se destacan algunas diferencias significativas en las especies de presas preferidas. Esta consistencia en los resultados respalda la fiabilidad de las observaciones sobre los hábitos alimenticios del pez gallo en diferentes contextos geográficos. Además de su papel como depredador activo en los ecosistemas marinos, el pez gallo desempeña un papel importante en la economía local a través de la pesca deportiva. La gestión adecuada de las poblaciones de pez gallo no solo garantiza la viabilidad a largo plazo de esta especie, sino que también preserva la salud general del ecosistema marino donde juega un papel crucial como regulador de la cadena alimentaria. En resumen, el pez gallo (N. pectoralis) emerge como un ejemplo notable de adaptación y eficiencia en los ecosistemas marinos del Pacífico oriental. Su especialización en la caza de peces y cefalópodos, combinada con una anatomía adaptativa y una estrategia depredadora efectiva, resalta su importancia tanto desde el punto de vista ecológico como económico. La continua investigación y gestión de esta especie no solo enriquecen nuestro conocimiento sobre la biodiversidad marina, sino que también sustentan iniciativas de conservación que son fundamentales para la preservación de los océanos y sus recursos naturales.

 

Bibliografía

Rodríguez-Romero, Jesús, Moreno-Sánchez, Xchel G, Abitia-Cárdenas, Leonardo A, & Palacios-Salgado, Deivis S. (2009). Trophic spectrum of the juvenile roosterfish, Nematistius pectoralis Gill, 1862 (Perciformes: Nematistiidae), in Almejas Bay, Baja California Sur, Mexico. Revista de biología marina y oceanografía, 44(3), 803-807. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-19572009000300026

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por coscyt

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