El sábado 14 de octubre, cientos de personas se congregaron en la explanada del ayuntamiento de La Paz para vivir la experiencia del eclipse solar anular, que pudo ser observado desde alrededor de las 8:20 a. m. hasta las 11:20 a. m. El fenómeno astronómico, que atrajo a entusiastas de la astronomía, familias enteras y transeúntes curiosos, se vio como un eclipse parcial en La Paz, ya que oscureció el Sol en un 54% debido a la distancia de la Luna.
Las largas filas se formaron frente a los telescopios instalados, los cuales estaban equipados con filtros de seguridad que bloqueaban al menos el 99.9% de la luminosidad solar, garantizando así una observación segura del Sol.
Los adultos presentes recordaron con emoción un eclipse similar que presenciaron en la península baja californiana hace más de tres décadas, en 1994.
¿Qué hace que un eclipse solar anular sea tan especial y poco común?
Este fenómeno astronómico es un evento en el que la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, pero debido a la distancia relativa de la Luna a la Tierra en ese momento, no cubre completamente la superficie del Sol. En lugar de ocultar por completo nuestra estrella, crea un efecto visual único donde el Sol parece un anillo de fuego brillante alrededor de la Luna.
Esto se debe a que la Luna se encuentra en su punto más alejado de la Tierra en su órbita elíptica, lo que la hace parecer más pequeña y, por lo tanto, no logra bloquear todo el disco solar. La rareza de este fenómeno se debe a dos factores principales. En primer lugar, las órbitas de la Tierra y la Luna no están perfectamente alineadas, lo que significa que la mayoría de los eclipses solares son parciales o totales. Los eclipses anulares ocurren con menos frecuencia.
En segundo lugar, debido a que la Luna no siempre se encuentra en el punto más alejado de su órbita durante cada ciclo lunar, esto agrega otro nivel de rareza a los eclipses anulares. Como resultado, pueden pasar varios años antes de que una región específica experimente un eclipse solar anular.
Este evento comunitario fue organizado por la Sociedad Astronómica Sudcaliforniana Mira, en colaboración con el Consejo Sudcaliforniano de Ciencia y Tecnología (COSCYT) y varias instituciones educativas del estado.
La ocasión sirvió como un recordatorio de la fascinación duradera que los fenómenos astronómicos pueden generar en personas de todas las edades.
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