Autores: Leonardo Andrés Abitia-Cárdenas y Marcial Villalejo-Fuerte
Instituto Politécnico Nacional, CICIMAR, La Paz, Baja California Sur, México. A.P. 592. C.P. 23000. labitia@ipn.mx
El pez vela debe su nombre a su enorme aleta en el dorso de su cuerpo, su poderosa aleta caudal le permite alcanzar increíbles velocidades de nado, pero si su vela es única, su mandíbula superior es verdaderamente especial, en forma de pico largo y agudo se asemeja a una espada, por si no lo sabías se utiliza para la fabricación de artesanías como cuchillos y espadas. Debido a lo anterior, su forma es muy hidrodinámica, el pico le permite cortar el agua con extraordinaria facilidad, de esta manera, impulsado por su potente cola, a velocidad máxima alcanza los 109 km por hora (68 mph), lo que sin duda lo convierte en uno de los peces más rápidos del mundo.
Le gustan las aguas cálidas por lo que vive en áreas costeras o cercanas a las islas tropicales y subtropicales. Siempre están en busca de alimento y gracias a la velocidad a la que se desplazan pueden encontrar a sus presas con gran facilidad. Son capaces de sumergirse hasta 30 metros de profundidad, pero prefieren mantenerse cerca de la superficie, de esta manera se ayudan con la luz solar para tener una visión más amplia y localizar a los peces que forman parte de su alimento.
El pez vela es solitario y astuto, explora el terreno antes de lanzarse a cazar, los machos y las hembras cazan juntos, rodean al cardumen de presas y los obligan a mantenerse muy unidos, luego utilizan su pico para golpear y cortar a los peces como atunes pequeños, cochitos y sardinas, así como calamares que son su dieta principal.
Son sigilosos y pueden acercarse mucho a su presa sin provocar una respuesta de escape, de esta manera tienen una ventaja adicional, pueden lograr este acercamiento por su pico delgado que crea un efecto hidrodinámico perturbando muy poco su entorno y manteniendo el sigilo sin avisar a su presa, posteriormente utiliza embestidas rápidas y certeras, cada una de ellas se ve precedida por un sorprendente despliegue de la aleta dorsal, que ayuda en el pastoreo de los cardúmenes. Estos bellos peces solo les temen a los grandes tiburones. En México, se pescan por deporte ya que es un luchador potente, orgulloso e incansable, que no pocas veces salta sobre las lanchas en su desesperado esfuerzo por librarse de los anzuelos del pescador. Es considerado una “especie trofeo” de gran valor, las leyes mexicanas han hecho avances considerables para su conservación como legado para las futuras generaciones.