Steamed tiger shrimp isolated on white background.

Por Luz María Cruz Guerrero, Liliana Hernández Olalde, Víctor Hugo Cruz Escalona y Jonathan Franco López

Seguramente disfrutas deleitando tu paladar con camarones, al igual que nosotros. Sin embargo,  es posible que nunca te hayas detenido a considerar qué sucede durante su captura. Una gran parte de los camarones que llegan a nuestras mesas provienen principalmente del Golfo de México y el Mar Caribe. De hecho, esta actividad aporta el setenta y cuatro por ciento de la producción total de camarón a nivel nacional, reflejando así su elevada importancia en el ámbito comercial. Pero, ¿existe algún aspecto de la pesca de camarón que desconocemos? 

La pesca del camarón involucra una serie de pesquerías secuenciales que emplean redes de arrastre y operan en las costas a profundidades que oscilan entre los diez y cien metros. Estas redes de pesca empleadas para la pesquería de camarón son poco selectivas, es decir, capturan todo tipo de organismos sin realizar distinciones. Como resultado, durante el proceso de pesca, se capturan especies adicionales que no son el objetivo principal, conocidas como “fauna de acompañamiento” (FAC).

La pesca de arrastre de camarón ha generado una creciente preocupación a nivel mundial debido a sus devastadoras repercusiones en los ecosistemas marinos.

Este método de pesca ha sido objeto de una seria alerta debido a su impacto negativo en el fondo marino y a la alarmante cantidad de captura incidental de especies como delfines, tortugas, aves marinas, peces, crustáceos, moluscos, entre otros.

En muchos casos, esta cantidad asombrosa de vida marina es transportada junto con la captura y, posteriormente,  arrojada por la borda.

Pesca mexicana. Fotografía: Gobierno de México.

La literatura científica ha documentado ampliamente los problemas causados por las redes de arrastre de camarón en el ecosistema. Estas redes capturan especies distintas al camarón y tienen un impacto negativo en la diversidad biológica, alterando así la trama alimentaría. Por tanto, resulta crucial comprender la conformación y organización de las comunidades biológicas capturadas por la pesca de arrastre de camarón, con el fin de evaluar los efectos causados y buscar soluciones que promuevan su aprovechamiento.

Con el fin de abordar esta problemática, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), ha colaborado con diversas instituciones gubernamentales de América Latina, incluyendo México, Colombia, Brasil, Trinidad y Tobago, Surinam y Costa Rica. Estas instituciones han implementado una serie de iniciativas destinadas a mitigar los efectos negativos. 

Un ejemplo destacado es el proyecto “Gestión Sostenible de Captura Incidental en Pesquerías de Arrastre en América Latina y el Caribe”, que tienen como objetivo principal el desarrollo de redes de pesca de camarón que incorporan innovaciones tecnológicas, con el propósito de reducir los impactos sobre el ecosistema marino y disminuir la captura de especies no deseadas. Los resultados han demostrado una reducción significativa de entre el diecinueve y cuarenta y seis por ciento, en la captura incidental, lo que representa un impacto menor en la fauna acompañante. 

Desde 2018, el “Programa de Observadores a Bordo” ha desempeñado un papel fundamental al recopilar información crucial sobre la composición y la variación de la captura incidental en la pesquería de camarón en el Golfo de México. Su objetivo principal es obtener una amplia compilación de datos confiables, aprovechando la valiosa ayuda proporcionada por el “Buque de investigación Dr. Jorge Carranza Fraser”. Este programa resulta esencial para evaluar los cambios generados por las modificaciones en las estrategias de pesca implementadas en la pesquería industrial.

Buque de investigación Dr. Jorge Carranza Fraser. Fotografía: Gobierno de México.

Pero, ¿qué podemos hacer con los descartes provenientes de la pesca de camarón?

Durante mucho tiempo, hemos pasado por alto los problemas ocasionados por la pesca de camarón y las consecuencias que ha tenido en las comunidades biológicas que dependen de ellos. Sin embargo, en Campeche, un grupo de investigadores comprometidos ha puesto en marcha diversas iniciativas para abordar el problema de la fauna de acompañamiento del camarón.

Académicos del Centro de Educación Tecnológica del Mar de Campeche (CETMAR), entre ellos Ana Teresa Sabasflores y Manuel Serafín, mencionan en una entrevista emitida por la UNFAO que han emprendido proyectos productivos en colaboración con comunidades de la región para aprovechar la FAC.

Su enfoque principal es el aprovechamiento de los peces descartados, especialmente las especies más abundantes, con el objetivo de integrarlos en la economía local. Para lograrlo, han implementado estrategias basadas en políticas de desarrollo sostenible que abarcan tanto el aspecto legislativo como el social, incluyendo la capacitación en técnicas de mercado, producción y tecnología.

Sus resultados hasta ahora son prometedores. Han logrado transformar y comercializar cinco especies que, a primera vista, carecían de valor comercial significativo y que están presentes durante todo el año en la región. Estas especies han sido comercializadas en presentaciones poco convencionales, como chorizos, carne de hamburguesa, paté, ahumados, entre otros productos.

Arrastre de camarón y captura incidental. Ilustradores: Luz Maria C. G. y Ángel C. M.

Aprovechando la experiencia de los académicos del CETMAR nos propusimos investigar la razón detrás de la limitada cantidad de especies en las pesquerías de las costas de Alvarado, Veracruz. Recopilamos datos sobre las especies de peces que forman parte de la fauna de acompañamiento del camarón en esta zona, las cuales pertenecen a 54 familias de organismos marinos.

A pesar de la relativamente alta diversidad de especies (157 especies) encontradas, solo unas pocas (entre 4 y 8) dominan los descartes y están presentes durante todo el año.

Es por esta razón que el CETMAR opta por utilizar un número reducido de especies, enfocándose en las más abundantes. En el caso específico de Alvarado, la mayoría de las especies que conforman la fauna acompañante presentan un tamaño promedio relativamente pequeño, inferior a los 10 centímetros, lo cual limita su potencial uso. Por ende, la alternativa viable es procesarlas para convertirlas en harina.

A pesar de los avances tecnológicos y del reconocimiento del problema por parte de la industria camaronera, la captura incidental continúa siendo un desafío persistente. Sin embargo, gracias a iniciativas como las mencionadas anteriormente, se vislumbra la posibilidad de implementar soluciones a los múltiples desafíos asociados a la pesca de arrastre de camarón como actividad productiva. Un ejemplo  es el trabajo que está llevando a cabo la WWF-Ecuador, comprometida con la promoción de la pesca sostenible mediante la implementación de estrategias beneficiosas tanto para los barcos industriales como para los pescadores artesanales; y no menos importante, la conservación del ecosistema marino.

Se espera que, con este tipo de iniciativas orientadas a difundir las diversas actividades que los proyectos han estado desarrollando en México en los últimos años, puedan encontrar soluciones a los numerosos desafíos asociados a la pesca de arrastre de camarón.

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por coscyt

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