Por Ana Laura González Castro, Pablo Misael Arce Amezquita, Maurilia Rojas Contreras, Mirella Romero Bastidas y Carlos Rangel Dávalos.
¿Existen insecticidas marinos? En principio, esta pregunta puede generar incertidumbre, ya que resulta difícil imaginar que organismos marinos puedan utilizarse para controlar plagas en la tierra. Sin embargo, la respuesta es sí, existen insecticidas de origen marino que se encuentran en las algas marinas, específicamente en las macroalgas.
Las macroalgas son organismos fotosintéticos que poseen pigmentos que les proporcionan colores muy característicos. Estos seres crecen en el fondo del mar a diferentes profundidades, y algunas especies pueden formar ecosistemas complejos, como los bosques de kelp o los mantos de sargazo (Figura 1). Las macroalgas desempeñan un papel esencial en el mantenimiento del planeta; son la base de la red alimenticia, producen oxígeno, contribuyen a mitigar el cambio climático, ofrecen refugio y alimento a diversas especies de importancia para la pesca.
En los últimos años, las macroalgas han ganado atención debido al descubrimiento de sus múltiples aplicaciones biotecnológicas. Esto se debe a la presencia de compuestos orgánicos llamados metabolitos secundarios. Estos metabolitos son producidos naturalmente por las macroalgas y cumplen funciones clave para su supervivencia y crecimiento en el ambiente marino (Figura 2). Además, estos metabolitos exhiben diversas propiedades biológicas beneficiosas para los seres humanos, como antioxidantes, antiinflamatorios, anticancerígenos, antibacterianos, antivirales e incluso insecticidas, por mencionar algunos. La lista de beneficios continúa creciendo.
En casos excepcionales, se han identificado compuestos activos. Hasta la fecha, se han obtenido alrededor de 40 compuestos activos con diversas estructuras químicas, destacando terpenos, polifenoles y ésteres fosfóricos (El Sayed et al., 2000). Sin embargo, dado que los océanos cubren tres cuartas partes de la superficie de la Tierra, este número apenas refleja la diversidad química del entorno marino, y seguramente existen más compuestos por descubrir.
En México, la principal actividad económica relacionada con las macroalgas se enfoca en la extracción de compuestos llamados ficocoloides, utilizados en la industria alimentaria y cosmética. Sin embargo, existen otras aplicaciones biotecnológicas sin explorar. La diversidad y biomasa en las costas mexicanas representan un recurso disponible que podría generar grandes beneficios en la agricultura. Actualmente, el Departamento Académico de Agronomía de la Universidad Autónoma de Baja California Sur desarrolla un proyecto con el objetivo de evaluar el potencial agroquímico de las especies de macroalgas más abundantes en la región. Hasta el momento, se han identificado especies con una fuerte actividad contra bacterias fitopatógenas, insectos y nematodos que causan grandes pérdidas económicas en la agricultura.
Literatura Citada
El Sayed, K., Dunbar, D.C., Bartyzel, P., Zjawiony, J.K., Day, W. & M. Hamann. 2000. Marine natural products as leads to develop new drugs and insecticides. 232-252, En: Cutler, S. & H. Cutler (Eds.). Biologically active natural products: Pharmaceuticals. New York, EUA, CRC Press.
McChesney, J.D. 2000. Commercialization of plant-derived natural products as pharmaceuticals: A view from the trenches. 253-264, En: Cutler, S. & H. Cutler (Eds.). Biologically active natural products: Pharmaceuticals. New York, EUA, CRC Press.