Dra. Karla Suzeth Trejo Berumen
Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR)
Las crisis, económicas y sociales, trastocan los supuestos ordenes establecidos y generan un ambiente de gran incertidumbre ante la poca certeza de los eventos futuros, lo que produce un replanteamiento y reestructuración interna en cada ente productivo así como también en cada una de las esferas de la sociedad. Ante los efectos de las crisis, la innovación, el emprendimiento, la ciencia y la tecnología se perciben como conceptos influyentes que pueden generar nuevas oportunidades.
Actualmente las sociedades y las economías se encuentran en una dinámica constante de cambio, donde el reto por alcanzar una estabilidad económica y social se vuelve cada vez mayor. La población cuenta con mayor acceso al conocimiento y la información, se vuelve más exigente en la elección de su consumo, y en el impacto que trae consigo en el medio ambiente. Para dar respuesta a estos nuevos desafíos, la innovación toma protagonismo en el desarrollo de nuevos emprendimientos. Pero, ¿Qué es la innovación? El término innovar etimológicamente proviene del latín innovare, que quiere decir cambiar o alterar las cosas introduciendo novedades según Salgado y Espíndola (1994, citado en Lopez, 2015). El término de innovación ha sido discutido por varios autores, donde coinciden en que la innovación se convierte en un papel crucial y elemental para elevar el nivel de competitividad en el desarrollo y crecimiento de una economía.
De acuerdo con Delgado (2013), la innovación no solo tiene un rol preponderante en la empresa sino también es concebida como un proceso social de interacción entre diversos actores para alcanzar un beneficio común, la innovación entonces permite enlazar redes de cooperación a favor de la construcción de un mundo mejor. En 1785, la innovación se reflejaba en las formas del comercio, mecanización textil, y el agua era considerada como fuente energética; en los años noventa la innovación era visualizada principalmente en los sectores de tecnologías de la información, redes digitales, biotecnología; sin embargo, las sociedades siguen transitando y la innovación en los últimos años tiende a abordar temas como la sustentabilidad, productividad radical de los recursos, mejora en los sistemas de diseño, química verde, ecología industrial, energías renovables, nanotecnología, digitalización, industria 4.0 entre otros. Es entonces que esta tendencia de la innovación está más enfocada hacia las colaboraciones interinstitucionales y multidisciplinarias entre distintos actores a beneficio de una colectividad, donde aparece en entredicho la innovación social.
En el contexto europeo, la Comisión Europea (2016) según su estrategia de crecimiento inteligente, sostenible e integrador considera que la innovación social es un factor clave para la cohesión social, y la reducción de la pobreza. Aunado a ello fomentan programas de apoyo que atienden principalmente a los retos identificados en sus sociedades como la salud, cambio demográfico y bienestar; seguridad alimentaria, agricultura y silvicultura sostenibles, investigación marina, marítima y de aguas interiores y bioeconomía; energía segura, limpia y eficiente; transporte inteligente, ecológico e integrado; acción por el clima, medio ambiente, eficiencia de los recursos y materias primas; está claro que las políticas públicas europeas están transitando hacia sociedad inclusivas, innovadoras y reflexivas y para ello se apoyan no solo de la tecnología, sino también de innovación no tecnológica, organizativa y del sector público, Comisión Europea (S.F.).
Para algunos autores la innovación social se refiere al lado social de la innovación tecnología; la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) lo definió como las nuevas formas de mejorar las condiciones sociales y de vida de la población en la región, promovida por una activa participación de la comunidad desde la definición del problema, identificación de la solución, su ejecución y seguimiento ; ademas los modelos innovadores deben ser escalables, sostenibles y posibles de ser convertidas en programas y políticas públicas que puedan afectar a grupos amplios de la población” (CEPAL, S.F.).
El replanteamiento del rol de la innovación en México ha tomado mayor fuerza en los últimos cuatro años, reconociendo que ambas innovaciones, la tecnológica y la social son importantes para su crecimiento y desarrollo económico. De acuerdo con Soto et al. ( 2022) el rol de la innovación en una economía promueve la concentración de equipos de trabajo califiicado y preparados para trabajar en ambientes multidisciplinarios y multinacionales, se genera tecnología que cambia al mundo, hay una mayor producción en propiedad intelectual, se crean empresas nacionales de alta tecnología que como consecuencia genera riqueza. Por otro lado, se eleva el conocimiento técnico y científico, se incrementa el bienestar económico, trae consigo reconocimiento internacional a la región y al país, se participa en el cambio del mundo, se crean puestos de trabajo de alto valor intelectual y económico, se interactúa en igualdad de términos con el mundo industrializado y remueve fronteras.
Aquellos emprendimientos que han orientado sus esfuerzos y capacidades hacia este término, se han convertido en emprendimientos que además de perdurar en el tiempo, se mantienen en las primeras posiciones de la mente del consumidor, e impactan a favor de una sociedad más responsable e incluyente y comprometida con el medio ambiente.
Dicho lo anterior, la implementación de políticas y acciones por parte de los gobiernos estatales para fomentar la inversión en Investigación, Desarrollo, Innovación y Emprendimiento a favor de las necesidades de sus regiones, se vuelve un tema prioritario en sus agendas. Baja California Sur tiene la responsabilidad de dar un giro en su cultura empresarial hacia un enfoque sustentable y transformarla en una de innovadores de tal manera que el gobierno, los centros de investigación y universidades, cámaras de comercio, iniciativa privada y sociedad civil en general , es decir, los elementos que conforman a la quíntuple hélice, asuman en conjunto el compromiso de estrechar esfuerzos para contribuir al desarrollo de una economía y sociedad basada en la generación y uso del conocimiento con el objetivo de orientarlo hacia la atención de los retos y necesidades que demanda el territorio del estado con un enfoque sustentable y sostenible en el tiempo.
Referencias
López, J. V. (2015). Propuesta de innovación tecnológica para la mejora de la carne porcina producida por UPISA. Iberoamerican Journal of Industrial Engineering, 6(12), 231-249.
Delgado, D. L. (2013). Innovación a la China: Analiza la larga marcha del gigante asiático hacia el liderazgo mundial (Vol. 1). LID Editorial.
Comisión Europea (2016). Europa 2020. Recuperado de: http://ec.europa.eu/europe2020/europe-2020-in-a-nutshell/index_es.htm . Consultado el 11 de septiembre 2016.
CEPAL,(S.F.) Acerca de innovación social. Recuperado de (http://www.cepal.org/es/acerca-de-innovacion-social). Consultado el 10 septiembre 2016
Soto, I. B. R., Lozano, R. A. R., Suárez, C. A. H., y Núñez, R. P. (2022). Educación, innovación, emprendimiento, crecimiento y desarrollo en América Latina. Revista De Ciencias Sociales, (3), 110-128.