Los molares son estructuras que debido a sus características únicas son de gran utilidad para poder identificar a los mamíferos en los registros fósiles
Alina Gabriela Monroy-Gamboa y Sergio Ticul Álvarez-Castañeda/CIBNOR/DICYT
Los dientes molares de los mamíferos son una estructura única del grupo, debido a que en los otros grupos si llegaran a presentar una estructura similar, ésta no sería tan compleja y elaborada como los molares de los mamíferos. Como primer punto debemos definir qué es un molar.
Los dientes molares, como su nombre lo indica, tienen como su principal función la de moler los alimentos, por lo que en la mayoría de los mamíferos tienden a ser planos y con crestas poco desarrolladas, debido a la presión y talla que se ejerce entre las piezas opuestas pueden triturar los alimentos. La presión que reciben los molares para la trituración de los alimentos resulta en la presencia de cuatro raíces y es lo que los diferencia de los premolares que pueden tener de una a tres. El contar con un elemento que pueda triturar los alimentos permite el aprovechamiento más efectivo de los nutrientes, debido a que, al tener una buena molienda, los alimentos se fragmentan. Como resultado, los pedazos de alimento son de tamaño menor por lo que los agentes químicos de la digestión tienen una mayor superficie por volumen y la degradación es más efectiva. Otro factor que interviene en la buena molienda son los dos componentes estructurales básicos de los molares, el esmalte y la dentina. El esmalte en muy duro y resistente mientras que la dentina es menos fuerte y se gasta más rápido. El tener esta combinación de productos causa que en los molares de los herbívoros exista un desgaste diferencial en la cara de molienda, mientras más se usen, las superficies serán más adecuadas para la molienda.
Los molares actuales provienen de lo que se ha considerado como el molar tribosfénico. Este molar se estima tiene sus orígenes durante el límite entre las eras Jurásico y Cretácico, hace aproximadamente 145 millones de años.
El molar tribosfénico es considerado como el patrón básico para el origen de los molares que después fueron evolucionando de formas diversas para tener diferentes funcionalidades. El concepto de tribosfénico surge al considerar que el molar emerge con tres cúspides básicas. Los superiores e inferiores tienen características que permiten su identificación diferencial, es por ello que a los molares de la maxila (superiores) se les llama trígono (se usa la terminación -cono, para todas las estructuras asociadas a los molares superiores). El molar mandibular (inferior) se le llama trigónido (se usa la terminación -conidio, para todas las estructuras asociadas), que además posee una estructura adicional posterior cóncava que se llama talónido). El talónido es lo opuesto del protocono del molar superior, o sea la cúspide más próxima a la lengua (lingual). Esta combinación de crestas y superficies de contacto permite que los molares de muchas de las especies puedan cortar y moler en el mismo momento, lo que hace más eficiente la masticación de los alimentos.
Pero ¿cómo se originó el molar tribosfénico? Su origen proviene de los unicúspides posteriores de los reptiles, el cual presenta solamente una cúspide que se llama protocono, posteriormente surge una segunda cúspide pequeña anterior a la primera llamada paracono y una posterior, metacono. El protocono y el metacono tienen un desplazamiento hacia la parte de la lengua, por lo que el molar empieza a tener una forma de triangular. Hay que recordar que los dientes con solamente una cúspide de los reptiles son únicamente para sujetar a las presas y que su capacidad para masticar (cortar y triturar) el alimento es mínima.
La forma de triángulos del molar superior e inferior incrementa el área de contacto entre los dos molares, por lo que al inicio del origen de los molares, con las tres crestas cónicas, el alimento puede ser fraccionado en piezas de menor tamaño. Al poco tiempo se observa que empiezan a aparecer crestas entre estas tres cúspides, las que se ajustan entre los dos molares. La presencia de crestas entre las cúspides produce un efecto de tijera, por lo que el alimento además de ser fraccionado ahora puede ser cortado, de manera sucesiva, lo que incrementa el fraccionamiento del alimento. Es la aparición del talónido, parte plana de los molares inferiores y la físicamente opuesta al protocono (principal cresta del molar superior) donde se observa por primera vez la capacidad de moler el alimento. Es este el molar tribosfénico de los mamíferos que les permite, triturar, cortar y moler el alimento en cada movimiento de masticación. La masticación, se convierte entonces, en un sistema altamente eficiente para tratar mecánicamente a los alimentos y macerarlos antes de que éstos ingresen al proceso químico de la digestión.
En la actualidad, el molar tribosfénico ha evolucionado mucho en función de los hábitos alimentarios de las diferentes especies, tanto que podría decirse que ya no se parece mucho a los originales. El molar tribosfénico se encuentra en la actualidad en su expresión más próxima a la original, en las especies del grupo de los eulipotiflos (musarañas y topos) y en varias de las especies de quirópteros (murciélagos) que se alimentan de insectos. Las mayores variaciones en la forma de los molares, las podemos encontrar en el grupo de los delfines donde son dientes con solamente una cúspide, que les ayuda a sujetar a su presa y no la mastican. En la carnasia de los carnívoros que es la fusión del tercer premolar y el primer molar para formar una “tijera” muy eficiente para cortar la carne o en los mamuts donde la superficie de los molares tiene forma de “lavadero” que optimiza al máximo la molienda de las plantas entre los dos dientes.
En los humanos al ser una especie omnívora, el molar tiene la capacidad de fraccionar y moler el alimento, no es altamente eficiente para ninguna de estas dos funciones, pero si las puede realizar, a diferencia de las especies que tienen dentición especializada y no tienen la capacidad de procesar otros tipos de alimentos.
Autores
Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C. Instituto Politécnico Nacional 195, CP. 23205, La Paz, Baja California Sur, México. Email beu_ribetzin@hotmail.com (AGM-G), sticul@cibnor.mx (STA-C).